La casa de los susurros

Recientemente se ha finalizado el 30 Salón del Comic de Barcelona, con el recuerdo a un icono de los 70, Mazinger Z, o a un clásico como Spiderman. Ambos fueron de mis favoritos. Me hubiese gustado asistir pero iba a ser que no. Esta será mi primera entrada comiquera.

Pero como pasa con el cambio hormonal,  yo perdí fuelle como voraz devorador de comics. Si los primeros fueron Mazinger Z, Hazañas Bélicas y Conan, luego me pasé a los superhéroes de la Marvel, especialmente Spiderman y continuando con Conan. Los de la DC no me gustaban, sobre todo ese supertodo que iba en calzoncillos rojos, y el Batman … se salvaba algo. El formato en página vertical de Hazañas Bélicas dejó de interesarme, especialmente cuando cada número lo ocupaban unos “héroes” yanquis en el que uno de sus protagonistas recordaba a un gorila; una caída en picado. Con la aparición de Chan como dibujante de Conan y como pasaban los años y Spiderman no envejecía a mi ritmo, los dejé aparcados en una maleta y me sumergí en el mundo Rufus, Creepy y 1984, que alcanzado ese año pasaría a Zona84. Y de vez en cuando algún monográfico de Toutain y otras editoras españolas: Torpedo, Kraken, El Mercenario, … En esos tiempos teníamos verdaderos monstruos nacionales del cómic.

A partir de los 90 y poco, como que me olvidé de los cómics; andaba más detrás de las mozas. A pesar de ello, de vez en cuando se me ha dado por ir comprando algo. Últimamente, he visto mucho boom y hay de todo, demasiada información y variedad para alguien que se ha descolgado tantos años: la Marvel transformada en Zombies, Mangas por doquier, dibujantes españoles a mansalva, la vuelta de Star Wars, The Walking Dead (Los Muertos Vivientes cuando debiera ser Los Muertos Caminantes) … No doy hecho. Así que me ceñí comprando algo de  ciertos géneros, solicitando opinión a los regentes de las especializadas librerías de comics actuales. Cosas interesantes que he adquirido recientemente:

Foto: Litolander.

La Casa de los Susurros. 2012. Guión de D. Muñoz y dibujo de T. Cons, sin olvidar el color a mano de J. Montes .Ficción. 64 pp, editorial   Dolmen. Engancha, especialmente ese colorido y escenarios góticos, además de esa intriga en la que sin saber la relación de la cría, van apareciendo los monstruos clásicos. Yo adquirí el primer volumen en versión gallega 2 años atrás (Sara. A Mansión dos Murmurios, 2010.  Ed.  El Patito Editorial), pero no sé qué pasaba que tras un año no encontraba el resto, así que me tuve que hacer con la versión castellana completa en tapa dura hace poquito.  

Este comic tiene su original en versión francesa; Patito Editorial quiso importar a Galicia la obra de aquellos autores galaicos dedicándoles una serie bajo el nombre de Universo Galimatías, pero ahí se quedó, en el primer volumen. Dolmen debió intuir que era una buena obra y se haría con los derechos para España. No lo sé.

Cuando comencé a leerlo una noche, mis hijos se me acoplaron alrededor y como buenos niños empezaron a preguntar “¿qué lees?¿qué cuenta?¿quién es esa niña?¿es de miedo? “ y así varios minutos, ufff. Como la historia comienza con una niña especial, tuve que leer el cómic de nuevo pero con mis hijos, a modo de cuento, en vez Caperucita Roja (en el fondo es tétrico, mira que un lobo comerse a la prota). Así que me armé de valor y sin saber cómo terminaría la historia decidí montar la “escenografía” aplicando diferentes voces a los diálogos de los personajes, para que se fueran enterando de los dibujos. Y  les fascinó. Yo jodí la garganta, pero me gustó, por partida doble. Os la recomiendo.

Bueno, dejaré otros comentarios de cómics para demás ocasiones.