Con estos maravillosos días lluviosos gallegos en días de guardar, no hay mejor sitio que la tranquilidad del hogar, y como siempre que uno se pone a “me aburro; vamos de nuevo con este jagdpanther” …. Hala!!!! Los críos queriendo ayudar. Bien, pues retomemos de nuevo la afición de otra manera (no quiero desgraciar mi panzer después de las horas dedicadas). Al tiempo que retomamos este tipo de temática para el post, la cual tenía olvidada y parece tener cierto repunte o preferencia en lecturas en el total de temas tocados desde el nacimiento del blog, que la política ya huele mal ... y a peor.
Foto: Jagdpanther, con el color base y modificaciones sobre el original, con cinta de carrocero para pintar cadenas.
Dejando de momento la base que plasmamos en Parte I, nos ponemos con unas figuritas a escala 1:72 para que no desentonen luego en el diorama, aunque es bien cierto que al crío le regalé unos cuantos soldadillos de la WWII (infantes rusos, alemanes y yanquis), no, que va, tenían que ser americanos e ingleses de cuando la Guerra de la Independencia americana, de Revell.
Les pinté 4 rangers del teatro europeo en un plis plas con colores a ojímetro, sin luces/sombras ni efectos de envejecimiento/suciedad, para que vieran como íbamos a trabajar, pero no. Intenté convencerlos pero los colores de los uniformes del siglo XVIII en la caja eran más atractivos que los de la WWII. En fin. No se trata de hacer una clase de Historia si no de entretener a los chavalines y que poco a poco vayan cogiendo el gustillo a este hobbie.
Foto: rangers WWII.
Así que reparto los dos ejércitos (4 unidades/pintor) y a preparar previamente la mesa para su pintado. Una breve clase y charla de cómo usar las pinturas, y como preparar la mesa antes del curro, para que luego no estorben las cosas y halla alguna desgracia doméstica.
Foto: mesa de trabajo ordenada.
Una base de plástico firme para trabajar cómodo y mantener las maquetas/figuras. Una plastilina que servirá de base para insertar las figuras. Las figuras se pegan por su base a una pequeña bola de masilla Imedio, y a ésta se le inserta un palillo, que será por donde cojamos la figura a pintar, girándola levemente con un desplazamiento suave de los dedos. Cuando cambiemos de figura, la anterior la insertaremos por el palillo a la plastilina para su secado.
Foto: figurilla ensamblada a palillo.
Se seleccionan previamente los botes de colores a usar, en este caso rojo, añil, carne, amarillo, verde oscuro, blanco y negro, todas acrílicas mate, de la marca Tamiya. Los botes se agitan primero, se abre y revuelve la pintura con un alambre o palillo y se vuelve a agitar enérgicamente. Se aprovecha que abrimos un bote y en ese momento, con la cantidad justa de pintura en las cerdas del pincel vamos pintando todas las zonas de las figuras que usen ese color, 4 para cada crío. E importante: la limpieza del pincel. Tras acabar con un color, el pincel se introduce en un bote con agua y se frotan las cerdas suavemente y secamos las cerdas en papel absorbente de cocina, procurando mantener la forma ahusada.
Terminada la última figura, cerramos el bote de ese primer color, y abrimos el segundo color y empezamos de nuevo por la primera figura ya ligeramente seca (y tanto que es mejor tenerlas 24 horas para un mejor resultado) que habíamos dejado en la plastilina y así sucesivamente.
Foto: figurillas parcialmente pintadas en su base de plastilina.
Hombre, el resultado técnico, estético, histórico, … no es el adecuado pero era previsible que los pobres figurines acabasen así. Pero el resultado emocional …. los críos encantados con sus primeras figuras pintadas con las “peligrosas” pinturas de papi. Y hala!!!, a montarse su película en la base del diorama con sus panzers. En fin, que tendré que dar algunas clases de Historia, ya que de momento no las reciben. Me duele ver un independentista con un fusil siglo XVIII frente a un panzer, en este caso el mejor carro de la época, un Panzer V o Panther “españolizado”, y conste no es aposta por lo de Wert ... o las intenciones de Mas. Cosas de críos.
Para rematar, el pincel se limpia con agua y jabón, con un poco de disolvente y finalmente de nuevo con agua, siempre procurando no deformar las cerdas, colocando los pinceles en un bote con las cerdas hacia arriba para que no se deformen, y guarecidas del polvo con una bolsita.
Foto: ciudadanos libres contra opresor, tal cual siglo XXI (25-S frente Protección Parlamentaria).
Todo por la afición y así se pasa una tarde. Hasta la 3ª parte.